Wednesday, June 26, 2013

CAPÍTULO 2

CAP. 2

Pasó una semana, y cada noche Louis y yo quedábamos para… bueno, eso. Era increíble. Nos emborrachábamos en mi casa todas las noches y lo pasábamos bien, era una de las mejores etapas de mi vida. Me divertía, todavía era joven, lo disfrutaba, y no había otra persona con la que quisiera hacerlo que no fuese mi mejor amigo.

Todos los días, Louis iba a buscarme por la mañana para ir al instituto, y andábamos juntos, pasábamos todo el día juntos, algunos recreos los pasábamos en los baños… Nos estábamos divirtiendo demasiado.


Me desperté con el sonido del despertador y lo apagué, me di cuenta de que Louis estaba a mi lado, despierto.

-Ayer estuviste espectacular- me sonrió.

-Tú también Louis…

-¿Me besas?

-Como me iba a resistir- le respondí.

Me tiré, literalmente, sobre él y empecé a besar sus labios carnosos y suaves, como me gustaba besarlos.

-Espera- me separó de su desnudo cuerpo.

-¿Qué pasa?- le pregunté.

-¿No crees que esto se está desbordando un poco?

-¿Por qué lo iba a estar haciendo?- le pregunté, de nuevo besando sus labios, o por lo menos intentándolo, pero él me lo impedía.

-Porque llevamos siendo amigos años- me senté en la cama quieta a escucharle- y yo te quiero, como a una hermana, lo sabes. Pero igual no es correcto que me acueste con mi mejor amiga.

-Pero lo pasamos bien, venga, eso tienes que admitirlo. Louis, ¿qué te ha hecho cambiar de opinión?

-Nada, sólo que me parece muy raro que todas las noches hagamos lo mismo, no rechisto, me haces sentir hombre, pero…

-Louis, no habías dicho nada hasta ahora, ¿me quieres decir que rayos te pasa?

-Qué nada, pero Emma, yo quiero una relación estable, no digo que sea contigo, pero esto de “amigos con beneficios” no puede acabar bien. Yo quiero ser tu amigo, tu hermano, como lo era antes.

-Sigues siéndolo Lou, no acabará mal, lo prometo, ahora bésame.

-Que no Emma. Quiero apasionadamente hacerlo contigo, pero esto no puede acabar bien, y lo sabes, quiero que seamos solo amigos.

-Vete al cuerno- me levanté de la cama y me puse mi pijama. Él todavía seguía allí.

-Emma lo siento, yo no puedo estar emborrachándome todas las malditas noches y haciendo con mi mejor amiga, entiende que eres como mi hermana, y los hermanos no hacen esto.

-Anoche no decías eso- fruncí el ceño.

-Pero –

-Vete.

-Em –

-Ahora- le exigí enfadada, aunque sabía que el enfado no duraría mucho.


Después de un par de días sin hablar se presentó en mi casa.

-Emma, te debo una explicación- le deje pasar y nos sentamos en el sofá, no había nadie en casa, estábamos solos.

-Pues claro que me debes una.

-No te enfades porfa- me puso de nuevo ojitos de perrito triste, no podía resistir, no podía decirle que no le 
perdonaba.

-Te perdono, pero dímelo ya, me tienes preocupada.

Él antes de empezar a hablar me dio un abrazo fuerte de amistad, la habíamos recuperado, habíamos descansado del sexo y eso a mí me afectaba, era como una adicta a su cuerpo, pero debía entender que él no quería eso, tendría que soportarlo.

-Bueno… pues- le costó un rato largo empezar.

-¡Escupe!- le grité.

-El otro día paré de hacerlo contigo porque… porque…

-¿Por qué qué?

-Porque me empezó a gustar una chica.

“’¡¿Gustar?!” me pensé. No podía perder a mi pequeño, sabía que si le empezaba a gustar alguien habría extremada distancia entre ellos, y a mí no me gustaba eso. Quería estar con él, aunque no fuese en la cama, ni en el baño, lo quería, y sabía que lo iba a perder.

-Y yo le iba a pedir salir, ayer me atreví, y funciono.

-Eso es, es, ¡esplendido!- me entusiasmé con una sonrisa más falsa que yo.

-¿No te alegras porque tenga novia?


“¿Novia?” esa palabra me llegó hasta el corazón, pero no de una forma bella, con dolor. ¿Y a mí que me pasaba? No podía estar celosa, seguro que todo salía bien entre ellos dos, y yo quería lo mejor para él, si él era feliz… Nada importaba.

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